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Museo de Autómatas del Tibidabo

Barcelona es una ciudad que puede sorprender al visitante en cualquier momento.

Resulta difícil encontrar a alguien que haya crecido en la ciudad y que no haya visitado el parque de atracciones del Tibidabo, que no conozca el tranvía azul o el funicular que sube por la montaña.

Todo aquel que haya visitado el parque, ha visitado también el fabuloso Museo de Autómatas del Tibidabo.

Lo que quizás no sabe la gran mayoría de los barceloneses, es que se trata de uno de los museos de autómatas más importantes del mundo, lo que lo convierte en referente mundial.

El museo expone más de 40 autómatas que datan de finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, conservados en perfecto estado y salvo aquellos que están siendo reparados, son absolutamente operativos.

Aquellos niños de finales del siglo XIX, tenían que introducir una moneda o una ficha, para poder deleitarse y disfrutar del espectáculo que una máquina les podía ofrecer.

En una época donde los cines eran un lujo para los más afortunados, estos autómatas ofrecían una espectáculo visual y emocional, que puede resultar sorprendente incluso hoy en día.

Los autómatas que se exponen en el museo no necesitan ya la inserción de una moneda.

El sueño de los niños de finales del siglo XIX se ve cumplido para los visitantes del museo, ya que en lugar de introducir una moneda para accionar el mecanismo, símplemente se tiene que pulsar un botón y …. voilá ! El autómata se pone en marcha.

Alguno de los autómatas expuestos en este magnífico museo de Barcelona, pueden incluso llamar la atención debido a su temática.

Dos de las piezas muestran la ejecución de una pena capital, en ambos casos muestran la ejecución de una persona.

Mientras uno utiliza el sistema de la guillotina francesa (French Execution – Inglaterra, 1921), el otro utiliza una horca y representa la ejecución del Dr. Hawley Harvey Crippen (Execution of Crippen – Inglaterra, 1921).

Muchos de los autómatas expuestos siguen una temática y una estética circense, además de estar muy elaborados y ser muy ricos en detalles.

El autómata de Los Equilibristas construido por Auguste Triboulet para la compañía Vichy en 1913, es sólo un ejemplo de ello.

Dioramas y maquetas en el museo de autómatas

Además de autómatas, en el museo están expuestos unos dioramas o maquetas de temática relacionada con la temática del parque de atracciones.

También se ponen en marcha mediante la pulsación de un botón y son realmente sorprendentes.

Los niños pequeños, sin lugar a dudas disfrutarán haciendo funcionar estas maquetas simplemente pulsando el botón cuando esté la luz verde encendida.

Debido a la calidad de las maquetas, es imposible hacer hincapié en unas y no en otras ya que todas merecen la atención, pero por mencionar algunas, tenemos:

La Estación de Esquí (1951) construida en los talleres del Tibidabo, con sus patinadores o con el telesilla funcionando, la montaña rusa de un parque de atracciones (también obra de los mismos talleres) o una noria doble con aviones en su parte superior (Magic Wheels) de autor desconocido.

El funicular del Tibidabo también tiene un lugar en el museo y está representado en una maqueta fabricada por los talleres del propio parque de atracciones en 1941 que puede ponerse en marcha como todas las demás.

De hecho, en el museo hay una maqueta que representa todo el parque de atracciones del Tibidabo.

Para todos los públicos

Es un museo en el que cada edad disfrutará a su manera.

Los más pequeños descubrirán figuras circenses, algunas incluso con algún rasgo tétrico que les llamarán la atención.

Los adultos sentirán la misma curiosidad y querrán descubrir cual es el movimiento que efectúa el autómata y cómo se comporta.

Los más mayores, tal vez recuerden las ferias de cuando eran pequeños.

Se trata de un museo pequeño, cuya visita puede durar entre veinte minutos a más de una hora, dependiendo de cómo el visitante esté jugando con las máquinas.

Si se va con niños es casi obligado pasar el día en el parque.

Si vais sólo adultos, además de esa opción, podéis aprovechar las vistas que de la ciudad de Barcelona ofrece la montaña, así como tomar un café o un refresco, o visitar también el Templo del Sagrado Corazón de Jesús, que está en la misma puerta del parque de atracciones.

Cómo llegar al Museo de Autómatas del Tibidabo

El museo está en el parque de atracciones, así que vas a tener que subir a la montaña para poder visitarlo.

Una vez allí, en la plaza JFK cruzar la calle hacia la montaña y coger el Tranvía Azul, que dejará a los pies del funicular que sube la montaña hasta el Camí del Cel, que es la parte exterior del parque de atracciones.

Hay que decir, que el precio del Tranvía Azul así como el del Funicular del Tibidabo, no se rigen según las tarifas ordinarias de transportes de Barcelona, al tratarse de transporte de ocio y turístico.

La entrada al parque incluye poder acceder al Museo de Autómatas, no obstante, en las taquillas se puede adquirir la entrada solamente para el museo, que es muy barata.

Museo de Autómatas del Tibidabo

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